En este tema nos centraremos a estudiar la zona de la corona nerviosa y la ciliar, viendo los signos característicos de éstas y su interpretación.
EXPLORACION
Esta zona divide al iris en la zona pupilar y la ciliar, y suele estar sobreelevada. Es sensible a las alteraciones del flujo nervioso vegetativo y nos da una idea aproximada del estado de equilibrio de este sistema, siendo de gran importancia su observación.
En la zona de la corona se localiza la frontera entre actividad nerviosa simpática ( expresada por las fibras radiales del músculo dilatador, situado en la zona más profunda de la zona ciliar) y la actividad parasimpática (localizada en el área pupilar, concretamente en la zona de estómago, donde encontramos el músculo esfínter) la cual provoca la contracción pupilar.
DILATACION Y CONTRACCION
Tendremos que observar si hay una dilatación o una contracción, viendo si se pierde la longitud normal, que es de 1/3 de la BNA a la pupila. Este signo es de gran importancia, ya que nos indicará una alteración.
Es muy importante el estado de la pupila, ya que una pupila excesivamente dilatada (midriasis) o contraída (miosis), nos alterará esta relación de un tercio.
Dilatación de la corona
La observaremos cuando la zona pupilar es más ancha, indicándonos un estado de hipotonía parasimpática (zona digestiva dilatada).
Contracción de la corona
La contracción de esta zona indica estrechamiento de la zona digestiva y/o disminución del tono simpático (las fibras del músculo dilatador están relajadas, permitiendo el desplazamiento interno de la BNA).
GRADO DE CIRCULARIDAD
Como se ha visto anteriormente, la corona nerviosa nunca se presenta como un círculo perfecto, sino más bien con indentaciones hacia dentro y hacia fuera.
Consideraremos como normales aquellas indentaciones que no sobrepasen por el interior la zona intestinal (situada dentro de la zona gástrica) y por el exterior la zona de secreción glandular, o sea, que no sobrepase a ninguna de las estructuras adyacentes a ella.
Indentación interna
Nos indicará una disminución del tono neurovegetativo simpático (relajación de las fibras del músculo dilatador) o un aumento del tono parasimpático. También puede indicar un estado de espasmo, contracción o estrechamiento de la zona intestinal, ya que esta se encontrará contraída.
Indentación externa
Nos indicará un aumento del tono vegetativo simpático, con dilatación de la zona intestinal correspondiente.
GRADO DE DESCENTRAMIENTO
La corona de forma natural, no está bien centrada en el iris, sino que presenta una ligera desviación hacia la zona nasal superior, igual que la pupila.
Muchas veces un descentramiento patológico de la corona, se complementa con un descentramiento pupilar, que nos dará entonces signos a favor de la presencia de una alteración nerviosa.
GRADO DE SOBREELEVACION
La corona normal se encuentra ligeramente sobreelevada sobre las estructuras adyacentes. Podemos encontrar diferentes signos patológicos como:
Corona borrada total o parcialmente
En este caso observaremos, que el reborde de la corona es menor a lo normal, pudiendo no ser perceptible en algunas partes. Este signo nos indicará una hipotonía de la corona nerviosa, que interpretaremos como una debilidad de las reacciones corporales de defensa.
Corona hipertrófica o sobreelevada en su totalidad
En este caso el reborde de la corona se mostrará exagerado. En ocasiones el cordón que forma el reborde, se puede desdoblar, tomando una trayectoria radial e invadiendo claramente la zona ciliar.
Distonías parciales
Es frecuente encontrarnos con una corona que no presenta una disposición uniforme, presentándose hipertrófica en un lugar y borrada en otro. Este signo nos indicará una alteración general del sistema neurovegetativo, con gran inestabilidad nerviosa.
INTEGRACION DE LA CORONA
Una corona normal se presentarį continua en toda su trayectoria, pero en algunos casos se puede encontrar «partida» en alguna zona por la presencia de signos como lagunas, rayos solares u otros.
Por ejemplo, si se da el caso de que un rayo solar rompa la corona, la importancia diagnóstica serį mucho mayor que si no la rompe.
OBSERVACION
En este apartado, veremos los anillos más importantes a valorar detenidamente.
Zona de secreción glandular
Mediante la observación de esta zona, podemos hacer una valoración del estado de toxemia corporal, es por esta razón que suele estar más pigmentada que el tejido más periférico. Es una zona estrecha, pero bastante rica en signos.
La proximidad de los signos a la corona nerviosa, indicarán en cierto grado la profundidad del desequilibrio metabólico o lesional. Cuando en esta zona aparecen signos de importancia, indicarán una tendencia hacia las alteraciones de la función endocrina. En esta zona se observarán pigmentaciones interesantes. En la parte inferior, entre las 5 y las 7 horas aproximadamente, podemos hallar lagunas o criptas correspondientes al páncreas endocrino (islotes de Langerhans) que nos pueden confirmar una diabetes mellitus. En estos casos, muchas veces se acompañará de una coloración pardo-rojiza bastante característica de la toxemia diabética, que veremos en capítulos posteriores.
Zona linfática o de circulación periférica
Esta zona, como ya sabéis, está situada en penúltimo lugar y separada del borde periférico con la esclerótica por la zona de piel y mucosas. Se denomina también como zona linfática, ya que en ella encontramos un signo característico, el rosario linfático. Esta zona representará la microcirculación y especialmente el estado de la circulación linfática.
Normalmente los copos del rosario linfático van desde la coloración blanca a la amarilla, dependiendo del tipo de iris en que se encuentren. Pero, en algunos casos, estos copos presentan una notable pigmentación, del mismo color que la toxemia acumulada en la parte central del iris.
En casos de que se adquieran tonalidades grisáceas o que se presenten como descoloridas, pensaremos en la posibilidad de que se deba a la ingestión crónica de algún medicamento o a una intoxicación externa de tipo similar.
La indicación general del rosario linfático es la congestión linfática, pero tenemos que recordar que en algunos casos como la tipología hidrogenoide, este signo indicará más una tendencia patológica general.
Coloración de los copos: Normalmente, como he comentado antes, el rosario linfático va del color blanco al amarillo, indicando que la congestión linfática es de tipo endógeno, o sea, independiente a los hábitos alimenticios de la persona.
Cuando los copos son pigmentarios, especialmente si son del color de la pigmentación central (zona gástrica), estaremos ante un acúmulo linfático de tipo exógeno, el cual será más modificable por unos hábitos de vida, sobretodo alimenticios, más correctos.
Estructura en colador: Al igual que los demás signos circulares, cuanto más perfecta sea la circularidad de estos, mejor pronóstico tendrán y viceversa. Entenderemos como pérdida de circularidad, los signos que se presenten con formas ovaladas e irregulares.
Las ovalizaciones y deformaciones en general, indican en cierto modo una alteración en el equilibrio nervioso del organismo. Es por eso que se les atribuye paralelamente, una tendencia a procesos neuróticos o psicóticos.
Zona de piel y mucosas
Es el último anillo del iris y ha sido denominado por muchos autores como «cerco de costra». Lo denominaban así porque opinaban que aparecía tras la supresión de la costra láctea, y de las erupciones que se producen frecuentemente en los niños de corta edad.
En principio, si la piel es normal y saludable, este reborde no aparece o es de escasa importancia. Si suprimimos las erupciones cutáneas, este anillo aparecerá con mayor facilidad.
La presencia de un anillo oscuro, amplio o pigmentado, o bien una zona de transición translúcida muy ancha, indicarán una disfunción de la piel.
Como comenté en el tema 3, los anatomistas admiten que la presencia en esta zona de una pigmentación más oscura, es un hecho fisiológico normal, ahora bien, el grado de oscurecimiento y su amplitud es lo que debemos valorar.
Cuando observemos esta zona, haremos incidir el haz de luz por el mismo lado que estemos observando el anillo cutáneo, ya que puede haber alteraciones en la correcta observación.
Decoloración de la zona cutánea: La falta de pigmento en esta zona, normalmente se observa en personas ancianas, indicando un estado de deficiencia cutánea por falta de vitalidad.
Estructura en colador: En ocasiones observaremos en esta zona, numerosas lagunas pequeñas que parecen agujerear el iris. No es muy frecuente, pero al tratarse de un signo de debilidad estructural, nos indicará una deficiencia de la piel, cuya gravedad deberá de valorarse mediante la amplitud del oscurecimiento.
Diferente intensidad en la pigmentación: En esta zona encontraremos zonas más anchas o más estrechas, o zonas más pigmentadas que otras. Todo ello nos indicará hacia los sectores donde este signo tiene más importancia. Así, una zona cutánea amplia por la parte inferior, nos indicará la necesidad de derivar la circulación hacia los órganos inferiores y estimular en la parte baja abdominal y piernas la eliminación cutánea.